miércoles, 7 de septiembre de 2011

José Emilio Pacheco: "A lo mejor no escriba más poesía"


El poeta mexicano, Premio Cervantes, está enfermo. Mientras termina su libro de traducciones llega una antología de su obra.


El 2009 fue el año de José Emilio Pacheco.



En mayo se adjudicó el Premio Reina Sofía de Poesía. Seis meses después, el poeta mexicano era el nuevo Premio Cervantes.






"Cuando me dieron el Cervantes me preguntaron qué haría con el dinero.



Yo dije que lo dedicaría a gastos médicos y así ha sido.



Fue premonitorio", cuenta al teléfono, entre risas, José Emilio Pacheco (72), a La Tercera, desde Ciudad de México. El autor de Tarde o temprano está en cama.



Un problema en la columna, "además del insomnio", dice, lo tiene escribiendo poco y leyendo sólo los diarios.



Está impactado con la masacre del pasado 25 de agosto en Monterrey, que dejó 52 muertos.

"Lo de México es aterrador. Antes colgaban en los puentes a las víctimas.



Ahora, los asesinan frente a la gente", dice Pacheco, miembro en su país de la Generación del 50 junto a los autores Sergio Pitol y Carlos Monsiváis.



Este último, su gran amigo, falleció en 2010. "Extraño sus llamadas telefónicas.



Cuando ocurría un hecho en México, como lo de ahora, podíamos estar una hora conversando", recuerda.



Hay un poema de Pacheco que se titula El fin del mundo: "El fin del mundo ya ha durado mucho/ Y todo empeora/ Pero no se acaba". El poema es parte de Elogio de la fugacidad, libro que llega a Chile por editorial Fondo de Cultura Económica (Biblioteca Premios Cervantes).



Una antología poética que incluye su primer poemario: Los elementos de la noche (1963). "El libro me lo pidió Jaime García Terrés, editor y poeta mexicano, quien era director de una colección de poesía.



Yo no quería publicarlo, pero él me lo pidió como una orden.



Quizá nunca hubiese publicado mi primer libro sin esa presión", explica Pacheco, y agrega: "A lo mejor no escriba más poesía, y esta antología sea mi última obra".



Sin embargo, el poeta y traductor no ha dejado de lado su proyecto más ambicioso: Aproximaciones, un libro con poemas de todo el mundo traducidos por el mismo autor.



"Debe ser el único libro de la historia que ha tardado 50 años en escribirse", dice.



Algunas de las traducciones ya han sido publicadas en libros de poemas de Pacheco. Ahora piensa editarlas todas en un solo libro.



Aproximaciones se compone de epigramas de la Antología griega, una serie de Haikús, además de poemas de autores tan diversos como los de Arthur Rimbaud, Cavafis, Mallarmé, Malcolm Lowry, Eugenio Montale, Robert Lowell, hasta los Cuatro cuartetos de T.S. Eliot. "La versión de Eliot me ha llevado dos décadas. Creo que hay que tener un grado de locura para hacerlo".



El volumen completo de Aproximaciones debería aparecer, en más de mil páginas, este año por Ediciones Era de México.



Ojo microscópico

A Pacheco se le escucha cansado, pero el ánimo no disminuye. Tiene una memoria privilegiada y una relación con Chile que lo hace recordar detalles de, por ejemplo, su amistad con el poeta Gonzalo Rojas.



"Compartimos 15 días en La Habana (Cuba) en 1966, cuando asistimos como jurado al Premio Casa de las Américas, que ese año se lo ganó Enrique Lihn.



En esa oportunidad, recibí de Gonzalo Rojas el mejor curso de poesía que he tenido. Leía con un ojo microscópico. Me hacía leer poemas de Gabriela Mistral verso por verso".



¿Cómo recuerda a Enrique Lihn?

Era muy inteligente y agudo.



Para el concurso mandó un original absolutamente desastroso, mecanografiados con papeles manchados de tinta, pero sin duda era el mejor libro. Me refiero a Poesía de paso.



Desde Cuba me llevé a México un poemario original de Lihn ¡y yo lo perdí en el taxi! Todo el día buscándolo. Hasta que logré dar con el taxista. Me dijo: "No se lo puedo enviar". ¿Por qué?, le dije yo. "Porque hay que pagar la carrera"... ¡Pues entonces mándelo!



¿Cómo fue su relación con Pablo Neruda?

No lo conocí personalmente. Tuve oportunidades, pero yo decía: "Para qué, si prefiero leerlo".



Una vez, Carlos Fuentes llevó a Monsiváis a ver a Neruda cuando era embajador en París, y Neruda quedó asombrado, porque Monsiváis le recitó de memoria poemas suyos. Se los aprendió cuando éramos pobres y comprábamos ediciones Losada con la poesía de Neruda.



¿Era amigo o enemigo de Octavio Paz?

Era una relación buena y muy mala. Si yo hubiese sido chileno, habría tenido problemas con Neruda. Si hubiese sido argentino, habría tenido problemas con Borges. Bueno, con Octavio Paz, sobre todo el último año de su vida, tuvimos una muy buen relación. Ya sabemos que a veces la persona opaca su obra.



¿Piensa en la muerte?

Cuando muera saldrán dos notas en los diarios, y ya nadie se ocupará de mí.



Pero no me asusta, como eso no lo viviré. Además, ya rebasé todas mis expectativas

http://www.poesia-irc.com/j/index.php?option=com_content&view=article&id=8936:jose-emilio-pacheco-qa-lo-mejor-no-escriba-mas-poesiaq&catid=15:noticias-general

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