El poeta sevillano afincado en Granada Rafael Juárez (Estepa, 1956) presentó, en el Museo Casa de los Tiros, el poemario 'Medio siglo' (Ed. Pre-Textos), unos versos en donde está presente la vitalidad de la memoria y la captación del instante
la congelación en verso de una realidad o pensamiento.
Tras publicar en 2001 el excelente poemario 'Lo que vale una vida', también en Pre-Textos, Juárez regresa con una poesía alejada de modas y corrientes. Como siempre.
«Desde que tenía catorce años sigo leyendo a los mismos poetas, a los que no he abandonado en la lectura y no he cambiado, como Machado, Neruda y Blas de Otero», comenta Juárez en una pequeña muestra de su tradición poética.
No escribe desde la experiencia sino en la experiencia, en el instante, que es lo que pretende captar en sus poemas, pero desde su concepción, «como si lo hubiera escrito en el momento en que paseo o en cualquier otra circunstancia», explica Juárez.
«Escribir cuando se produce la experiencia, y no después, y la situación del poema es la emoción del instante e incluso el mismo instante», esboza Juárez su escritura poética.
En su isla individual, al margen de modas y corrientes literarias y poética, Juárez se considera un trabajador, «porque lo único que he hecho en mi vida es trabajar, como editor, librero y ahora en la Fundación Francisco Ayala, pero luego tengo mi tiempo y escribo mis poemas, y hace tiempo que escribo así», manifiesta respecto a su relación con la escritura poética.
No hay más planteamientos que el cuidado de la forma, una de sus preocupaciones, «porque hace tiempo que escribo poesía, desde los comienzos de los años setenta, y entonces escribía sonetos y no creo que hayan cambiado mucho de los actuales».
«Nunca me he propuesto hacer algo diferente y tampoco he tenido mucho tiempo para dedicarme a saber qué está de moda, pero básicamente soy un aficionado a la poesía», insiste.
'Medio siglo' recoge una selección de poemas escritos por el sevillano entre los años 2001 y 2008. «El libro está dividido en diferentes secciones o cuadernos y reúne un total de cincuenta poemas», comenta el autor.
Juárez abre el poemario con una cita de Juan Ramón Jiménez en la que se expone que la belleza de las cosas existe en tanto que sea cantada, «y resume el tono de gran parte de los poemas, que manifiestan la ilusión de cantar a las cosas como una necesidad de confirmarse con el mundo», explica.
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