Calle Poesía

Una nueva fiesta celebraron los poetas cubanos el pasado martes cuando, a la par de otros bardos que también lo hicieran en más de 30 países del orbe

se congregaron en la Basílica Menor del capitalino Convento de San Francisco de Asís, para dar cuerpo a la velada Palabra del Mundo, una de las acciones a las que convoca el Festival Internacional de Poesía de La Habana.



Al llamado planetario que incluyó alrededor de 1 060 acciones poéticas, en 230 ciudades de los cinco continentes, se unieron junto a 16 líricos de reconocido prestigio las voces de la soprano Bárbara Llanes y el compositor y recitante Roberto Valera, acompañadas al piano por Maité Aboy en el concierto Cantan los poetas, donde se declamaron e interpretaron textos de José Martí, Ángel Augier, Fernández Retamar, Juan Ramón Jiménez, Reynaldo González, Humberto Arenal y Nivaria Tejera.



Así Pablo Armando Fernández, César López, Roberto Manzano, Nancy Morejón, Marilyn Bobes, Virgilio López Lemus, Rogelio Martínez Furé, Alpidio Alonso, Soleida Ríos, Carmen González, Domingo Alfonso, Lina de Feria, Eloy Machado, Edel Morales, Ismael González y Marienne Lufriú, ofrecieron sus versos a un público que degustó por más de dos horas buena poesía.



Los niños, la esperanza, el amor —y el desamor—, los conflictos existenciales, el presente y el futuro, el mundo que habitamos, las guerras, las utopías, las angustias, la muerte, el medio ambiente, la religión y los prejuicios, fueron recurrencias asumidas por los bardos, quienes, invocando a la paz y cantándoles a realidades diferentes pero bien cercanas a la esencia humana, coincidieron en el propósito de promover por medio de sus lecturas, la poesía como bien imprescindible e inseparable del espíritu, tal como lo reflejó Martí en uno de sus versos sencillos: "o nos condenan juntos / o nos salvamos los dos".



La velada fue también propicia para entregar a los poetas Rogelio Martínez Furé y al hondureño Roberto Sosa, fallecido hace apenas unos días, los premios Rafael Alberti —que otorgan el Festival Internacional de Poesía de La Habana y la Sociedad de Beneficencia de Andalucía—, los cuales distinguen por la obra de toda la vida a un poeta cubano y uno latinoamericano.



"Dedico este laurel a Honduras, república humillada y ofendida por el país más poderoso del planeta, Estados Unidos de Norteamérica", expresó Sosa días antes al saberse galardonado con la memorable distinción.

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