A los 84 años de edad partió Tomás Segovia. Ya pasaron dos meses de ese hecho, pero, como dijera su hijo, Rafael Segovia, para muchos de sus amigos, familiares y lectores, es muy poco tiempo para dejarlo ir del todo. Por eso su ausencia se hizo más que presente en el homenaje que se le rindió al poeta y narrador en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, un espacio que apenas si resultó suficiente para albergar a quienes encontraron en su poesía una forma de andar en el mundo.
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